domingo, 29 de enero de 2017

"Predicción de lluvias" - Por: César Boyd Brenis - Diario La Industria (28/01/17)

La predicción es un principio positivista que, al menos en el campo de las Letras, ha sido olvidado por tildarlo de decimonónico y alejado de los principios posmodernos de destrucción o separación de las cosas, negando la causalidad como uno de los ejes que guía un análisis científico.

Por los meses de noviembre y diciembre, leí en las redes sociales a varios ingenieros expertos que PREDECÍAN una sequía para este verano. Tuve la osadía de preguntarles acerca de si dicha falta de lluvias afectaría también a los valles de Motupe y alrededores. Me afirmaron que sí, que iba a ser duro.

De más está decir que nada de eso ha sucedido. Las lluvias se han desatado en el Perú trayendo huaicos, destrucción, ríos desbordados o con peligro de hacerlo, poblaciones inundadas, más de seis mil afectados e incluso una vertiente en Ica que, hace cincuenta años no veía el agua, ha revivido milagrosamente como el ave fénix para imponer su fuerza natural.  

¿Recuerdan el año antepasado (2015)? Los ingenieros expertos habían predicho que llegaría contundente, como siempre cuando ha venido, un fenómeno El Niño que arrasaría con todo a su paso si es que no se prevenía. Entonces los estudiantes de todos los colegios debieron abandonar las aulas en noviembre pues podrían verse afectados por tan apocalíptica predicción. Para evitar los riesgos, el gobierno desembolsó una interesante cantidad de dinero cuyo fin fue asegurar cada canal, río o riachuelo que pudiera ser una amenaza contra las poblaciones vulnerables.

Pero ¡oh sorpresa! El Niño malcriado se negó a venir pero, aun así, decían los expertos, el dinero sirvió para mejorar algo de las infraestructuras dañadas por los años. ¿Sirvió? Ya lejos de ese panorama, nos encontramos ahora con unas desgarradoras escenas que dan crédito a que la supuesta sequía de este año solamente ha sido un engaño más de un antiguo dios griego, caprichoso y juguetón.

¿La ciencia de la Meteorología se ha convertido en un Oráculo? Recordemos que el “oráculo” es la respuesta que da una deidad por medio de los sacerdotes de su orden, es decir, por los ingenieros expertos. Los pobladores comunes y corrientes, como yo, nos preguntamos por qué existe tanto error a la hora de afirmar ciertos acontecimientos en torno al estado del tiempo, el medio atmosférico, los fenómenos producidos y las leyes que lo rigen.

¿Qué pasa con esta ciencia? ¿Falta de tecnología avanzada? ¿Pocas capacitaciones de los expertos para estar a la vanguardia de los conocimientos del mundo? ¿Sirve para algo dar siempre las conclusiones de PREVENCIÓN para esto o para lo contrario cuando esas palabras las pueden decir hasta los chamanes de La India que en el cosmos ven visiones espectaculares? ¿O acaso las ciencias meteorológicas ya cayeron en el mismo hoyo de las Letras, es decir, hacen rituales espiritistas para decir lo que se siente frente a un fenómeno de la realidad de su campo de acción? ¿O acaso el clima ya es una metáfora (“un texto”, como dicen los necios) que se tiene que resolver filológicamente?

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